Cuando estamos en un hotel o restaurante, por trabajo o placer, nos sentimos tranquilos y a gusto si el entorno es acogedor. La luz desempeña un papel crucial en nuestro bienestar y, mediante una iluminación cuidadosamente seleccionada y bellamente instalada, es posible crear un ambiente que resulte acogedor a la par que interesante.
En Louis Poulsen creemos que la forma de la luz es la que crea el espacio, y que la intensidad, el color y la ubicación de las luminarias son componentes clave a la hora de trabajar en busca del ambiente perfecto.
El vestíbulo o la recepción de un hotel representan la puesta en escena y deben marcar la personalidad del establecimiento. ¿Busca algo grandioso y atrevido? ¿O quizá algo acogedor e íntimo? ¿O, tal vez, algo moderno y contemporáneo? La primera impresión es la que permanece. Una iluminación perfecta creará al instante las sensaciones deseadas y hará que los visitantes se sientan acogidos, cómodos y deseosos de descubrir el resto del hotel.
Qué preciados son los momentos de intimidad. La habitación es el lugar donde el huésped puede verdaderamente relajarse. Es en esta estancia donde la iluminación puede contribuir a crear un refugio de confort y serenidad. Emplear lámparas de pared, pie y sobremesa que creen sensación de tranquilidad permite crear un ambiente de segundo hogar a la vez que se delimitan las diversas zonas de la estancia de manera natural y fluida: trabajo, dormir, baño, relax o vestidor.
Descubrir la cocina local es un imprescindible a la hora de viajar, pero esta experiencia va mucho más allá del plato que nos sirven. Las opciones de iluminación lo definen todo: desde el aspecto de la comida a lo fácil que nos resulte leer el menú o lo cómodos que nos sintamos mientras charlamos en la mesa. La iluminación también nos da una idea de qué esperar. Si la iluminación es tenue y cálida, es probable que el restaurante sea íntimo, romántico, tal vez de cierta categoría. Si la luz es muy brillante, solemos pensar más en un lugar informal o con un concepto ultramoderno.
El principal fin de la iluminación en los espacios de reuniones es aportar a los asistentes una sensación de claridad, concentración, creatividad y productividad. El ambiente debería inducir a la apertura y la colaboración y, para lograrlo, la iluminación es esencial. El aspecto decorativo también es importante: un diseño inspirador puede contribuir a crear un entorno enérgico y creativo que inspire la generación de nuevas ideas.