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El sistema PH se desarrolló para llevar a los hogares una iluminación totalmente sin deslumbramiento que resultase eficaz y más agradable en la época en que la iluminación eléctrica comenzó a tomar el relevo a los candelabros con velas y a las lámparas de queroseno, a finales de los años 20 del siglo pasado. No obstante, los primeros en quedar conquistados por la funcional y ultramoderna lámpara PH fueron los comercios y organismos públicos. Mientras que la lámpara de preferencia sobre las mesas de la mayoría de los comedores de los hogares siguió siendo el candelabro, que pasó a dotarse de electricidad y pantallas de seda.
Poul Henningsen aspiraba a demostrar al público que, gracias a su sistema reflector de tres pantallas, podían disfrutar del acogedor ambiente al que tan acostumbrados estaban, procedente del brillo de las lámparas de queroseno, sin tener que hacer concesiones en materia de calidad de iluminación. Sin embargo, muchos anhelaban una iluminación más cálida y cómoda que aquella que las bombillas de entonces eran capaces de proporcionar. Cierto era que la seda suavizaba la iluminación y creaba ambiente... a expensas de la calidad iluminativa. Henningsen y Louis Poulsen vieron aquí una oportunidad de atraer, una vez más, a los clientes particulares.
En torno a 1930, Louis Poulsen lanzó una nueva y amplia serie de lámparas PH. Estas se desarrollaron especialmente para uso doméstico, por lo que muchas de ellas se presentaron en tamaños más pequeños que encajaban en cualquier lugar y eran además menos costosas que las lámparas PH clásicas de su época. Para brindar al público aún más calidez y sensación de individualidad en el hogar, todas las nuevas lámparas estaban disponibles en vidrio de colores ámbar, rojo y amarillo, además de las habituales variantes de pantallas en blanco ópalo, acabado mate y metal. La serie se convirtió en todo un éxito.
La PH 2/1 Pale Rose de sobremesa en latón casa bien con los estilos de hoy, que dan prioridad a una iluminación discreta pero nítida que dote a las estancias de un ambiente acogedor. También el propio Henningsen sentía cierta debilidad por la coloración en rosa pálido y su capacidad para aportar variedad al aspecto de una lámpara y a la luz que esta emitía. En aquella misma época creó una variante especialmente exquisita de su candelabro de siete pantallas Septima, al que dio el nombre de Rosa Septima. Tres décadas más tarde, utilizaría el mismo tono de rosa tenue en las caras internas de las maravillosas pantallas de latón de la emblemática Artichoke.
Hoy en día, el pequeño tamaño de la PH 2/1 Pale Rose en latón de sobremesa permite colocar esta lámpara en cualquier rincón del hogar, ya sea sobre una pequeña mesa, un estante o el alféizar de una ventana, donde pondrá un acento al espacio mediante una isla de luz que crea a su alrededor un ambiente evocador. Esta luminaria de tres pantallas destaca gracias a sus suaves curvas y singular silueta, en compañía de su color rosa pálido, sus líneas puras y su cable de tela blanco. La PH 2/1 Pale Rose de sobremesa en latón resulta igual de fascinante cuando está apagada, gracias a la brillante superficie de su delicado vidrio italiano que refleja el entorno como si de un espejo se tratara. Tal como se hizo en los años 30, la PH 2/1 se presenta en un precioso acabado de latón cepillado y está dotado del distintivo interruptor que atraviesa su vástago. El latón creará con el tiempo una maravillosa pátina y dotará a este modelo de sobremesa de una personalidad aún más singular, a menos que se prefiera aplicar un cuidadoso pulido de vez en cuando para conservar su acabado original.
La lámpara de mesa PH 2/1 Pale Rose en Láton cuenta con detalles de diseño intrincados, que se combinan para crear una expresión elegante y una luz suave y cálida en su hogar. Las elegantes pantallas de color rosa pálido son poéticas y reflejan las tendencias modernas de decoración, mientras que el interior de las pantallas arenadas en blanco, las cuales crean una luz libre de deslumbramiento, característica de las lámparas de Louis Poulsen. Además, si no se trata el latón cepillado, este se patinará bellamente con el tiempo, agregando carácter y encanto a la lámpara ya cautivadora.